Durante esta
semana hemos estado trabajando el tema de las competencias a través de nuestro
autor base Antoni Zabala, autor del libro 11
ideas clave. Cómo aprender y enseñar competencias. A través de su libro y
un video de la conferencia que dio en Ibiza, hemos hablado de ello.
Mapa Popple sobre Competencias
Artefacto propio
Antiguamente,
la educación estaba basada en un modelo que fomentaba la memorización
sistemática de los conocimientos, con el objetivo único de superar los cursos
académicos. No obstante, ahora surge un modelo basado en competencias.
El concepto de
competencia surgió en el mundo laboral tras la observación de que aquellas
personas que tenían las mayores calificaciones no sabían responder a los
problemas que se les ofrecía. En el mundo laboral, competencia significa realizar
una tarea con eficiencia.
Zabala cogió
esta definición del mundo laboral para pasarla al mundo educativo, quedando la
siguiente definición:
“La competencia sirve para identificar aquello que dé respuesta a los
problemas, por lo que es la intervención eficaz en los diferentes ámbitos de la
vida mediante acciones en las que se movilizan, al mismo tiempo y de manera
interrelacionada, componentes actitudinales, procedimentales y conceptuales”.
Para que las
competencias sean eficaces se debe seguir unos pasos:
- Análisis de la situación e identificar los
problemas básicos.
- Revisar nuestros esquemas de actuación y decidir
los más adecuados.
- Aplicar el esquema de actuación adaptándolo a la
situación.
- Movilizar los componentes de la competencia
(actitudes, procedimientos, hechos y conceptos) de manera interrelacionada.
A la hora de
dar una clase y dar unos conceptos hay que tener muy en cuenta la teoría y la
práctica. No todo ha de darse teóricamente (problema de la memorización
sistemática y conocimiento no significativo) ni todo prácticamente (“hacer por hacer”). Las competencias nos
ayudarán con este conflicto, ya que implica reflexionar para afrontar una
situación real y compleja, apoyándose en lo teórico. Aquí me gustaría incluir uno
de los ejemplos que nuestra profesora nos dio en clase para ver esto último:
los niños cuando juegan a las cartas. Con algo tan básico y natural del entorno
de los pequeños, éstos aprenden los conceptos de “sumar” y a “restar” a través
del juego: si pierden restan y si ganan suman.
Jugar a las cartas o cromos: una manera sencilla de aprender a sumar y restar
Artefacto propio
Multitud de
instituciones como UNICEF, UNESCO o la Constitución Española reclaman el pleno
desarrollo del ser humano en todos los ámbitos de la vida, por lo que las
competencias se desarrollan en diferentes ámbitos como son los sociales
(relación con la sociedad), los interpersonales (relación con los demás), los
personales (autonomía y libertad) y los profesionales (relación con el mundo
laboral). El objetivo es orientar hacia las posibilidades máximas de cada persona.
Pero… ¡ojo! Esta formación es un concepto utópico, porque como bien comenta
Zabala en su conferencia “¿Dónde está ese
límite de la enseñanza?”
Resumiendo
estos ámbitos, podemos decir que se refiere a todo aquello que se da en la
escuela infantil para que nos ayude a obtener las competencias básicas que se darán da en la escuela de primaria y
secundaria (educación obligatoria), y que es aquello que se entiende como
básico para la vida. Más adelante se convertirá en competencias específicas cuando lleguemos a los niveles de
bachiller, FP y universidad.
Las competencias,
a su vez, están formadas por una serie de componentes (conceptos, hechos y
principios, procedimientos y actitudes) que son necesarios dominar, ejercer y
conocer para ser capaces de actuar competentemente y nos permitirán determinar
las competencias específicas. Un ejemplo muy claro que nos propuso Zabala fue
el de hacer una tortilla. Para hacer una tortilla primero hay que tener un concepto
de lo que es una tortilla y cuáles son sus ingredientes, para seguir unos pasos
y tener una actitud favorable que nos lleve a elaborar una buena tortilla.
Podemos
observar pues que el objetivo de las competencias es llevar a cabo una serie de
acciones para afrontar unas situaciones reales, partiendo de una base teórica
significativa. Para que estos conocimientos sean significativos y funcionales tienen
que haber una serie de condiciones en el aprendizaje por competencias, como
vimos en una de mis entradas anteriores; Los
10 principios psicopedagógicos del aprendizaje significativo.
Me gustaría
comentar que, tras haber hecho un estudio más profundo sobre este sistema, creo
que es un sistema complicado de llevar a la práctica. Es un sistema que choca
con los esquemas tradicionales y básicos en los que se ha basado la educación
de nuestro país durante las últimas décadas en los que había que memorizar los
conceptos para poder “soltarlos” en las pruebas evaluables, hasta que este sistema
fue puesto en evidencia gracias a uno de los mundos más relacionados con la
educación: el laboral.
Creo a la vez
que es un sistema súper necesario para nuestra sociedad actual y futura, porque
de nada nos servirá tener a personas que tengan un papel que certifique unas
cualificaciones si luego éstas han sido olvidadas y no son capaces de usarlas para
enfrentarse a los problemas. Si dices ser bueno en algo, tienes que estar
dispuesto a demostrarlo en cualquier momento.
Para concluir
quisiera decir que la clave de todo creo que es que hay que tener actitud y muchas ganas
para poder hacer que este sistema se lleve a cabo en todos los centros
educativos. Es un sistema que da mucho trabajo, tanto individual como grupalmente, y hace que haya que la enseñanza
y el aprendizaje tengan que ser reelaborados, pero creo que estos esfuerzos no
tendrían ni punto de comparación con los resultados que recogeríamos nosotros y
los futuros miembros de nuestra sociedad.
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